El paso de incorporar a los niños a la sociedad pasa por el colegio (o la guardería si son muy pequeños).
La escuela desempeña un papel muy importante a la hora de ayudar a integrar a los niños que proceden de otros países, de otras culturas, allí el niño se encontrará con sus iguales. El niño en el colegio va a estar “solo”. Allí sentirá todo lo que tiene en común con ellos y allí también percibirá las diferencias con respecto a sus compañeros (más si estamos hablando de niños de otras razas, con otras costumbres o con otro idioma). Serán las diferencias las que provoquen mecanismos de aceptación o rechazo, de tolerancia y solidaridad y a veces también desgraciadamente de crueldad. Puede ocurrir que lo que en casa el niño viva de una forma anecdótica en la escuela se convierta en motivo de sufrimiento, y viva la escuela con ansiedad.
Muchas veces los niños cuando se enfadan o quieren fastidiar a un compañero tienen una gran habilidad para hacer resaltar de una manera negativa alguna característica que le diferencie del resto del grupo.Chino, negro, kazajo suena a escupitajo, ruso de m…tu madre no es tu madre de verdad, etc. Este tipo de situaciones influye muy negativamente en la autoestima de los niños por lo que es muy importante trabajar y verbalizar dentro de la clase las diferencias entre ellos y buscar siempre los aspectos más positivos, responder a las dudas y ofrecerles respuestas adecuadas a su edad y madurez emocional. Si no se está atento, las palabras de los compañeros pueden ir calando en el interior de los niños que se sienten diferentes a sus compañeros de clase: sentirse diferente es difícil y a veces duele.
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