El pasado 19 de febrero de 2020 la Asociación Castellano Manchega de Adopción AMADA organizó en Alcázar de San Juan una jornada de sensibilización sobre las dificultades de aprendizaje de los niños adoptados.
La charla-taller estuvo dirigida por la psicóloga Dña. Lila Parrondo, especialista en adopción con una dilatada experiencia en la materia, quien de forma dinámica, explicó la adversidad temprana al colectivo de orientadores, profesores técnicos de servicios a la comunidad (PTSC) y educadores sociales del área de Alcázar, Pedro Muñoz, Campo de Criptana, Herencia y Villarta de San Juan.
AMADA pretende visibilizar en la comunidad educativa una realidad silenciosa en las aulas. Muchos niños y niñas que han sufrido adversidad temprana son catalogados como vagos y malos estudiantes debido a la ausencia de características físicas y un diagnóstico clínico. Sin embargo, la adversidad temprana que han sufrido está en la raíz de su bajo rendimiento escolar.
La adversidad temprana tiene distintos orígenes: embarazo no controlado, pobreza extrema, consumo de sustancias tóxicas, abusos o negligencias y otras causan que en su conjunto debilitan la arquitectura y el desarrollo del cerebro. El desarrollo emocional y cognitivo saludable es modelado por la interacción receptiva y confiable con los adultos, generando un apego seguro, aspecto ausente en el desarrollo de niños en situación de abandono. Esta es una explicación de sus dificultades en el ámbito escolar y la escasa proyección profesional que sufren un numeroso grupo de personas adoptadas.
Ante tal desconocimiento, AMADA ha promovido charlas en diferentes zonas de la región, pero tanto las familias como el profesorado, ven necesaria la elaboración de un documento guía, que de forma masiva, pueda llevar la información a todos los centros educativos de Castilla-La Mancha. En la actualidad, nuestra comunidad autónoma es una de las que aún no posee una guía oficial.
Amada precisa del apoyo institucional para continuar con el desarrollo de estas charlas que tiene tan buena acogida en el ámbito educativo y social.
Es necesario apostar por la educación inclusiva mejorando los sistemas de aprendizaje y por lo tanto la calidad de vida de los menores para desarrollar el potencial de los que han sufrido adversidad temprana, en igualdad de oportunidades a los demás.