Por: Marga Muñiz Aguilar
En el proceso enseñanza-aprendizaje no sólo se manejan contenidos y conocimientos, sino que también se manejan sentimientos. Todas las personas que participamos en ese proceso llevamos una mochila en la que guardamos todas las vivencias y conflictos no resueltos que nos hacen actuar y manifestarnos de una determinada manera.
Cuando hay problemas en el proceso enseñanza-aprendizaje hay que mirar más allá, en esos conflictos no resueltos. Tenemos que mirar las dinámicas ocultas que influyen en todas las personas que participamos en el proceso educativo y no solamente en los niños.